sábado
A las ocho menos cuarto de esta mañana, noté a tres piqueros pescando frente al muelle de Los Muertos. Un bienteveo llamando desde su percha en una sombrilla en la azotea de los apartamentos de Villa Martha al otro lado de la calle atrajo mi atención. Mientras observaba el kiskadee, una golondrina voló sobre la piscina de la azotea y tomó un sorbo de agua. Había visto este comportamiento en la piscina de la azotea de D'Terrace, que tiene una piscina infinita en el lado este del techo que recorre más de la mitad de la longitud del edificio, pero nunca antes en Villa Martha, que tiene una piscina más pequeña. Vi que esto sucedió por segunda vez mientras observaba a la golondrina dar vueltas alrededor de la piscina. Cuatro zanates mexicanos se pavoneaban sobre el techo de una pérgola en la azotea de la Villa Martha, hinchando de vez en cuando el pecho y extendiendo las plumas de la cola para impresionarse unos a otros.
